He aquí las respuestas a las preguntas más frecuentes sobre las manzanas y la agricultura ecológica. Si tiene una gran curiosidad por algo que no está, háganosla llegar: karin.langes@biosuedtirol.com.
En realidad todas las variedades de manzana sirven para hacer el strudel típico de Alto Adige. Las variedades ligeramente aciduladas (Topaz, Bonita, Braeburn) aportan mayor acidez al strudel, mientras que las azucaradas (Golden Delicious, Fuji, Gala) lo hacen todavía más dulce.
Todas las manzanas dulces, como por ejemplo la Fuji o la Golden Delicious, pero también una Kanzi® o una Gala. Algunos expertos en nutrición aconsejan la Granny porque contiene menos azúcar en comparación con otras variedades.
Usamos las variedades Braeburn, Fuji y Pinova.
El color de las manzanas depende en primer lugar de la variedad en sí. La Granny, por ejemplo, es siempre verde, mientras que la Golden Delicious es siempre amarilla con manchas rojizas. Además, el extraordinario clima de Alto Adigio, con días muy soleados y noches frescas, juega un papel fundamental en lo que respecta al color de las manzanas.
Las manzanas se recolectan en el momento de la llamada madurez de cosecha, para que alcancen su estado óptimo en casa del consumidor tras el almacenamiento, el transporte y la venta. No obstante, las manzanas producen etileno que hace que sigan madurando después de haber sido recogidas del árbol.
Cultivar manzanas ecológicas junto a un campo convencional es posible gracias a los análisis regulares de los residuos. Antes de la cosecha se analizan las hileras de la parte exterior, y si dan positivo esas manzanas se venden como convencionales.
Cada manzana es cultivada por alguno de los 300 agricultores de Biosüdtirol.
Las redes tienen la función de proteger las manzanas de los efectos perjudiciales del granizo, pero además también las protege del exceso de sol, que podría dejar huellas indeseadas, y de los insectos dañinos.
La agricultura ecológica no renuncia del todo al uso de productos fitosanitarios, pero no recurre a los productos de síntesis, sino a sustancias que derivan de las naturales, como por ejemplo el azufre y los aceites vegetales.
Las manzanas se recogen del árbol a mano. Se suele ocupar directamente de ello el agricultor, con la ayuda de su familia y los ayudantes de cosecha. La cosecha dura desde finales de julio hasta finales de noviembre, según la variedad. Existen variedades prematuras, como la Summerred o la Gala, que se recolectan a inicios o mediados de agosto, y variedades como la Pink Lady que no están listas hasta finales de noviembre.
Es casi imposible distinguir una manzana ecológica de una convencional. En cuanto al campo, hay algunas diferencias que son muy importantes para los agricultores ecológicos:
Los matorrales o cúmulos de piedras para los insectos útiles: estos a cambio intervienen en la regulación natural de las poblaciones de organismos parasitarios, lo que elimina la necesidad de usar productos fitosanitarios de origen químico.
La fertilidad como argumento central: se emplea compost de alta calidad que tiene una influencia especialmente positiva en los terrenos y estimula la producción de humus; mediante la siembra de plantas se mejora también la asimilación de las sustancias nutrientes por parte del suelo.
La renuncia a los herbicidas: por este motivo no se encuentran rastros debajo de los manzanos.
En la agricultura ecológica no se usa la química para mantener fresca y joven una manzana ni aumentar su conservabilidad. Con una técnica de almacenamiento particular, las manzanas pueden recolectarse en otoño y quedar almacenadas hasta julio. Este método lleva dando buenos resultados desde hace décadas y permite largos periodos de almacenamiento. Con un sistema especial se incrementa el contenido de nitrógeno del aire y se extrae el oxígeno. Bajando el contenido de oxígeno al máximo se detiene el metabolismo de los frutos. La manzana respira más lentamente y en consecuencia se ralentiza también su proceso de maduración. De esta forma podemos almacenar las manzanas durante periodos prolongados.
Con ellas se producen por ejemplo alimentos para bebés, puré de manzana, aros de manzana, dados de manzana con chocolate, zumo de manzana e incluso papel de manzana.
Descubrir tiendas.
Trabajamos mucho en eso. Desde mayo 2019, el embalaje que usamos con más frecuencia, no está hecho de plástico sino de papel de hierba al 100%, que tiene una historia muy interesante. Desde febrero de 2020, hemos reemplazado la bolsa de plástico con una bolsa compostable en casa, hecha de caña de azúcar, aceite de cardo y aceite de girasol.
Las manzanas de Biosüdtirol se transportan en camiones y en parte también por mar.
En casa, las manzanas deberían conservarse en el sótano a una temperatura constante. Como alternativa también se pueden poner en la nevera, pero se tienen que sacar un par de horas antes de consumirlas para comerlas a temperatura ambiente.
No, todo lo contrario. Las manzanas se pueden comer con piel, en ella se encuentran la mayoría de las vitaminas. Pero hay que lavarlas antes de su consumo.
Los campos ecológicos albergan un 30% más de especies vegetales y un 50% más de especímenes animales. Una variedad de especies mayor y el aumento de la presencia de determinadas especies son requisitos importantes desde el punto de vista del mantenimiento del ecosistema. En las tierras de cultivo ecológico, por ejemplo, se observa un número más alto de especies vegetales, que son polinizadas por los insectos. Esto apunta a una interacción eficaz entre las plantas y los insectos polinizadores. La fertilidad del suelo también es una cuestión central en los cultivos ecológicos. Debido a la presencia de numerosos microorganismos, los terrenos ecológicos tienen una mejor textura. Las plantas se benefician porque la agricultura ecológica aumenta la proporción de antioxidantes y micronutrientes en las mismas. Obviamente, esto también se refleja en la fruta ecológica, que es más nutritiva.
Fuente: Fibl - 100 Argumente für den Biolandbau
La comparación entre los precios de las manzanas ecológicas y las convencionales depende mucho de la variedad. En algunas variedades existe solo una pequeña diferencia, mientras que otras cuestan un 50% más. Esto se debe a que el esfuerzo de los agricultores es mayor y el estándar de producción más alto (y costoso). En la agricultura ecológica, la cantidad cosechada por hectárea de superficie es un 30% inferior a la de la agricultura convencional. Además, en la agricultura ecológica se produce más mercancía industrial: manzanas de mesa que no son perfectas sino que están ligeramente dañadas, con las que se elabora zumo de manzana, por ejemplo. Por esta mercancía industrial se paga mucho menos al agricultor.
Por lo general las manzanas ecológicas son un poco más pequeñas que las convencionales. Uno de los motivos es que los recursos para el aclareo de las flores, necesario para que la manzana alcance un determinado tamaño y nivel de calidad, son limitados. Puesto que el aclareo resulta más complicado, se dejan más manzanas en el árbol y esto se traduce en un tamaño menor de las mismas. Además, en la agricultura ecológica no se dispone de fertilizantes sintéticos, que estimulan artificialmente el crecimiento de las manzanas. En lo que respecta a los daños fisiológicos, la situación es similar. A causa de los recursos limitados, la manzana es más sensible y en consecuencia la piel presenta pequeños defectos.